A dos pasos de Madrid, en El Pardo y en un entorno singular se ubica el Restaurante San Francisco.
Lo que otrora fuese un merendero famoso por sus productos de caza, allá por los años 50, se transformaría en 1980 en el Restaurante San Francisco.
Varias son las modificaciones que se han ido produciendo hasta llegar a ser el complejo ideal para celebraciones familiares y retiro de la gran ciudad, del que podemos disfrutar en la actualidad.
Y así, en este entorno privilegiado, comenzamos con su ensalada más exótica: carpaccio de mango, cherry, almendras y lascas de foie. La combinación de sabores es absolutamente espectacular. A destacar el contraste de la textura crujiente de la almendra con la cremosidad del foie, así como el crunch de las hojas verdes con la suavidad del mango.
Además, es ideal en cualquier época del año. En verano por el frescor del mango y cuando comienzan a bajar las temperaturas, el foie aporta la grasa y calidez esperada.
Todo restaurante de cocina tradicional que se precie, tiene que tener unas buenas croquetas en su carta. En San Francisco encontrarás las de toda la vida: de jamón, con tropezones. Y, sobre todo, con una suave bechamel.
Con la llegada del otoño, empiezan a apetecer los guisos, los caldos, el puchero, los platos de cuchara y la caza. Acaban de incluir en su carta un exquisito arroz meloso con ciervo. Sabroso y el punto del arroz… ¡perfecto! Muy recomendable.
Sí, los que me conocéis sabéis que soy una auténtica apasionada de las verduras. Todas, en general. Pero ya si hablamos de los puerros, me pierdo. Y si además los cocinamos y hacemos un pastel con ellos… ¡no respondo de mis actos!
Dicho esto, el pastel de puerros es el auténtico must de su carta. Un pastel fino, en el que el puerro pasa casi desapercibido. De sutil consistencia y sabor extraordinario. Extra: la salsa de boletus completa un pack de matrícula de honor.
Para rematar un almuerzo o cena de categoría, pide alguno de sus postres caseros. En la foto, tiramisú, tarta de queso con frambuesa, tarta de chocolate, flan casero y pastel árabe. Este último es mi favorito por el ultracrujiente bocado que se funde con una rica crema pastelera.
Además de reuniones familiares, cuenta con salones con capacidad para hasta 300 personas, carpas y jardines excelentes para celebraciones o eventos de empresa.