Ristorante NOI aterriza en el centro de Madrid ofreciendo cocina italiana contemporánea en la que el respeto por el producto es crucial. En sus elaboraciones cuentan con las mejores materias primas provenientes del país transalpino.
En su propuesta, ciertamente moderna y creativa, encontramos las recetas italianas más clásicas. Han conseguido sorprender dándoles una vuelta de tuerca. Este nuevo concepto ha supuesto una revolución en la escena italiana madrileña. Nuevos sabores presentados de una manera sencilla.
Así, comenzamos con una exquisita y sorprendente pannacotta ahumada con anchoas, higos y trufa. Se está convirtiendo en uno de sus entrantes más demandados. Y tiene todo el sentido, ya que reúne las características fundamentales de su filosofía: producto italiano de primera calidad, elaboración sencilla y gran creatividad. Tanto la textura como el sabor son explosivos. La pannacotta es de una suavidad extrema, como la seda que se deshace en la boca. Y la aparente combinación imposible con anchoas, higos y trufa es, definitivamente, ganadora.
Entre sus entrantes o antipasti destacan también la caponata con tomatitos confitados, la stracciatella con calabacines escabechados y botarga de mújol o el flan templado de carabineros.
Para los más neófitos en la lengua italiana, Noi significa «nosotros». Esta afirmación se plasma en la sala del restaurante, en la que tanto el concepto de disfrute en familia o entre amigos está garantizado. Por otra parte, ese nosotros también queda patente en el trato al cliente con un servicio de sala exquisito y sobradamente formado.
El restaurante pertenece al grupo El Pradal, que también cuenta con los locales Dogma, El Clásico y La Casita de El Pradal en la ciudad de Madrid, y El Pradal en San Sebastián de los Reyes.
Y Noi, la nueva propuesta, comparte las bases en las que se fundamenta el grupo: la mejor materia prima, sencillez y cuidado trato al cliente, como ya comenté con anterioridad.
Continuamos con unos boletus coronados con porchetta. La porchetta se considera producto alimentario tradicional. Ha sido el ministerio de agricultura italiano el que ha promovido esta distinción, debido a la relevancia de este plato en la cocina italiana. Consiste en carne de cerdo sin huesos y asada al horno (normalmente de leña). Tradicionalmente en la cocina italiana esta carne se aromatiza con hierbas como romero, ajo o hinojo y otras plantas silvestres.
De nuevo, se trata de un plato divertido y fácil. Nos encanta la iniciativa del restaurante: “si usted quiere, le digo la receta”. Así, todos aquellos clientes que sientan curiosidad por alguno de los platos que degusten durante la velada, podrán llevarse la receta a casa.
Este nuevo concepto de restaurante italiano nos trae primi o primeros platos tan sugerentes como la pasta carbonara con tartar de atún. Nuevos sabores que convencen y… ¡enganchan! Respetan el sello Made in Italy aportando un punto moderno y creativo que nos encanta.
Y dentro de estas elaboraciones, encontramos platos típicos y característicos de toda Italia, de norte a sur.
Acaban de incluir en su carta una parmigiana di melanzane que está abocada a convertirse en un must de su oferta gastronómica. Este plato típico de la cocina italiana lo presentan de una forma en la que la estética juega un papel fundamental. Como ellos mismos afirman, además de la técnica, la estética es muy importante ya que «los platos se comen primero con los ojos, luego con la cabeza, y finalmente con los otros sentidos».
Otras platos sugerentes son los gnocchi tostados con anguila o la lasagna crujiente de salmón salvaje, con su caviar y brotes frescos. Si además quieres probar carnes o pescados, no te pierdas la clásica cotoletta a la milanesa o coquelet laqueado a la diavola.
Llegan los postres y te recomiendo dos imprescindibles: la pannacotta di limoncello para los más atrevidos y con ganas de un punto cítrico y más ligero para terminar el homenaje gastronómico y el original tiramisù en forma de chocolate blanco crujiente que engloba un corazón cremoso y sutil de mascarpone con una base de tierra de café que hará las delicias de los más golosos.
A todo esto, hay que sumarle una generosa y variada carta de vinos. En ella destacan los vinos italianos. El chianti Guicciardini Strozzi y el Quota 29 primitivo de Menhir Salento nos han encantado. Buena oferta también de espumosos, blancos, rosados, generosos y dulces.
En cuanto a las salas, el restaurante se divide en tres espacios, cada uno con un color diferente.
El espacio terracota es el que nos encontramos a pie de calle. Recuerda a una típica charcutería italiana y es ideal para disfrutar de una manera más informal de productos italianos en su barra.
El espacio rojo me ha conquistado. Ese color bermellón junto con los espejos lo convierten en un rincón acogedor a la par que moderno, ideal para reuniones familiares o con amigos. Además cuenta con una mesa, al fondo, frente a la cocina abierta para que los más curiosos disfruten del buen hacer del equipo de cocina durante el almuerzo o cena.
El espacio verde, la otra sala del restaurante, acompaña al rojo y juntos suponen un homenaje a los colores del país transalpino.
¡Enhorabuena al chef Gianni Pinto y a todo su equipo! Ya estás tardando en reservar…