Cada vez tenemos una mayor cultura y registros gastronómicos, eso es una realidad. Y en buena medida debido a que, afortunadamente, en la actualidad viajamos más. Del mismo modo, los viajes llevan normalmente intrínseco un componente hedonista que suele incluir descubrir las bondades de la cocina del destino visitado.
Así pues, lo que se elabora en los fogones del país amigo y vecino, Italia, resulta cada vez más interesante para cualquier español de a pie. Y también, por el mismo motivo, ya no nos vale todo a la hora de degustar un plato de pasta, por ejemplo. El simple hecho de apostillar con la palabra «italiano» el nombre del restaurante o llamarse Trattoria Giuseppe, ya no es garantía de éxito.
Con estas premisas, hoy quiero hablar de una de las últimas aperturas capitalinas: Lettera Trattoria Moderna. Al frente está el chef siciliano Francesco Ingargiola y en poco más de dos meses, ya se está convirtiendo en visita obligada para los amantes de la vera cucina italiana.
Su concepto es claro y sencillo: cocina italiana auténtica que sea reconocible y moderna al mismo tiempo. Con sello propio.
Comenzamos con un entrante que es una clásica elaboración en Sicilia. Se trata de los Arancini. Son una especie de croquetas de forma redonda y se elaboran con pasta de arroz y azafrán. en este caso se añade paleta ibérica y mozzarella para finalmente freírlos. Como curiosidad, el nombre se debe a la forma típica y el color anaranjado debido al azafrán, que recuerda a la naranja –arancia o arancini (pequeñas naranjas)- en italiano. Se sirven calientes y se toman a cualquier hora del día.
Todos los entrantes son de matrícula. Probamos también el pan carasau con ricotta, cherry, albahaca y botarga de mújol. El carasau es una exquisita especialidad sarda.
Pane carasau en sardo significa pan tostado (del participio pasado del verbo sardo carasare «tostar») Es fino y muy crujiente. Se elabora con harina de trigo, levadura, agua y sal; se separa en dos hojas y se vuelven a hornear de nuevo.
La receta es muy antigua y se dice que se pensó para pastores, que se ausentaban de la casa durante largas temporadas y este pan les podía durar hasta un año.
Si te gusta el espectáculo, estás de enhorabuena. En la Trattoria elaboran unas exquisitas pastas. Los spaghetti al parmesano que terminan de preparar delante del comensal, mezclando la pasta con el parmesano fundido de una gigantesca rueda de 24 meses son de nota. Es uno de los platos más típicos y demandados.
Y es que aquí encontrarás la esencia de las clásicas trattorias italianas donde el producto italiano es fundamental, pero incluye un punto de modernidad. Un buen ejemplo son los ravioli de pato y pera.
Déjate aconsejar y prueba alguno de los fuera de carta que siempre tienen disponibles. En esta ocasión, una deliciosa pasta a la norma, con ricotta salada y berenjena.
Esta reinterpretación del restaurante de auténtica cocina italiana en clave de trattoria moderna es obra, como mencionaba anteriormente, del chef italiano Francesco Ingargiola. Su trayectoria, tanto en Italia como en España y otros países, se basa en mantener las tradiciones y mostrar los valores actuales de las nuevas generaciones.
De esta manera, combina las recetas familiares con nuevos ingredientes y las últimas técnicas culinarias. El emplatado, por ejemplo, de inspiración británica, es simple y natural.
En el menú también encontramos risottos, carnes, pescados e incluso pizzas. Sin embargo, hoy quiero focalizar la atención en uno de sus puntos fuertes: la pasta. Por ello, no puedo dejar de mencionar la clásica carbonara, que luce un fabuloso tono gracias a la imprescindible yema de huevo.
En cuanto al espacio, diseñado por el estudio de María Villalón, aúna creatividad, carácter y personalidad mediterránea. Encontramos elementos naturales como el maravilloso olivo en el centro de la sala y componentes vanguardistas para crear un espacio limpio, original e internacional al estilo de los nuevos restaurantes del norte de Europa.
El concepto del local, de estilo toscano, nos recuerda a la Italia de los árboles, las casas de campo o los viñedos. Así, el espacio presenta un carácter rústico pero muy actual al mismo tiempo.
Love at first bite, la parte más dulce de la carta. No falta el clásico tiramisù ni el brioche con helado siciliano.
Sin embargo, te recomiendo esta suave ricotta con chocolate, acompañada de pan di spagna (una especie de bizcocho).
Recuerda, como dice Francesco, que la comida es sinónimo de convivencia, unión y compañía.