La Contraseña y sus «claves» secretas que te seducirán

La Contraseña se ha convertido, por méritos propios, en uno de los imprescindibles de la madrileña calle de Ponzano.

Dentro del concepto Ponzaning, tan en auge en los últimos años, se encuentra indiscutiblemente este restaurante amable y elegante.

Nos encanta la distribución tan lograda que han conseguido de sus espacios. Según entras, te encuentras con una barra cálida, destinada a poder disfrutar de un aperitivo, una cerveza entre amigos y unas tapitas afterwork con tus compañeros de trabajo.

Barra. Bar y pintxos

Además de la barra, cuenta con otros tres espacios: la Sala, el Gin Bar y el Escondido. De la primera te hablaré a continuación, así que ahora quiero centrarme en su Gin Bar. Es ideal para una copa tras una agradable velada en Sala. Excelentes gin tonics y cócteles y una idea genial para no tener que estar cambiando de local una vez termina la cena.

Por otra parte El Escondido emite ese halo de misterio y secretismo que tanto nos atrae a todos. Un espacio dedicado a reuniones privadas en un entorno «semiclandestino». Un concepto súper de moda y que, cada vez, atrae a más público.

Ahora sí, me centro en la Sala. Ofrecen una carta que combina elaboraciones clásicas con otras más innovadoras para escapar de la cotidianidad y relajarte en un ambiente cuidado al detalle.

Huevos a 63° con migas extremeñas

Ofrecen menús cerrados para grupos, menú tipo cóctel y el menú especial El Escondido La Contraseña. Además de esto, siempre puedes optar por los platos de su carta .

Comenzamos con unos huevos a 63° con migas extremeñas. Se está convirtiendo en un must entre sus entrantes (llamados «con Amigos» en su carta). De hecho, nos encanta esta denominación ya que uno de los fuertes de este local es justo eso: compartir un rato agradable con tus amigos mientras disfrutas de alguna de sus propuestas.

Otros platos para compartir muy interesantes son los mejillones de roca con salsa picantona, las anchoas de Santoña, las croquetas caseras de carabineros o las ensaladas.

Tartar de atún

Pasando a los principales, variadas opciones de pescados y carnes. El tartar de atún rojo es una opción fantástica. Producto de primera calidad y raciones abundantes.

Otros pescados a tener en cuenta son el ceviche de corvina salvaje con cítricos y la merluza con quinoa negra al pesto y verduras.

Carrillera de ternera con puré de patata

Si eres más de carne, vas a ser muy feliz en La contraseña. Te recomiendo, sin pestañear, la carrillera de ternera estofada con puré de verduras. Suave, jugosa, tierna, llena de sabor y un largo etcétera de calificativos para definir una de las mejores que he tomado últimamente.

Si aún así prefieres variar, tienes un extraordinario solomillo de ternera y un magret de pato con plátano confitado y salsa de lima que te va a sorprender.

Rincones inspiradores para los más viajeros

Los espacios que han creado, como comentaba anteriormente, hacen del restaurante un local cosmopolita, elegante y con un guiño a los viajes que, como periodista de viajes, me fascina.

En -casi- cada rincón vas a encontrar algún detalle que te invita a viajar, a transportarte mentalmente durante unos instantes a las tierras más lejanas y exóticas, a vivir (o revivir) momentos especiales y, en definitiva, a ser un poquito más feliz.

Torrija con tierra de choco y helado

Para concluir de una dulce manera, deja espacio para alguno de sus postres. Las torrijas, a pesar de ser un plato típico de la Semana Santa, cada vez las encontramos más a menudo en las cartas de los restaurantes durante todo el año. Y esta alegría se multiplica cuando además de estar buenísima, es un dulce solidario. Por cada una que venden, el restaurante dona 1 € a la Fundación CRIS contra el cáncer. Y esta torrija, creedme, con cítricos, anisados, tierra de choco y helado de leche es adictiva.

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