Cocido. Esa magia que se produce en invierno…
Tipos hay muchos: madrileño, maragato, montañés,… Tantos como maneras de elaborarlo, tradiciones y gustos personales. Pero hoy te quiero hablar del más castizo para los capitalinos: el cocido madrileño.
Este plato es, sin lugar a dudas, uno de los más representativos de la capital de España. Si echamos la vista atrás, los orígenes son humildes. De hecho, era consumido por las clases más bajas. Sin embargo, y gracias a los restaurantes que iban incluyendo el guiso en sus cartas, el cocido fue llegando poco a poco a la alta sociedad.
Como curiosidad, destacar que hay quien lo considera una evolución del cuscús o incluso de la olla podrida. Los más convencidos aseveran que su aparición se debe a la adafina de los judíos sefarditas. Lo que sí se puede asegurar a ciencia cierta es que su popularidad se ha extendido por todo el panorama nacional.
En Taberna y Media lo elaboran en dos vuelcos. Comenzando por una suculenta sopa de fideos elaborada en puchero de barro -un detalle no menor que hace que el caldo sea de una consistencia y sabor insuperable-. Además de ser una forma extraordinaria de mantener la sopa a temperatura adecuada durante un periodo más prolongado de tiempo.
Lo mejor de la sopa: José Luis la sirve desgrasada, concentrando el sabor puro del cocido y evitando la grasa excesiva.
Puedes acompañar el homenaje con alguno de los vinos madrileños por los que apuestan en la casa. Hoy probamos Las Letras.
Tras el superior comienzo con esta exquisita sopa, pasamos al plato principal.
Como bien es sabido, el ingrediente principal son los garbanzos. Esta leguminosa fue introducida en España en la época de Cartago y en la época medieval se utilizaron para la elaboración de los cocidos sefarditas.
Absolutamente contundente, se presenta en la mesa al comensal un repleto plato individual en el que destacan sobremanera los garbanzos de Valseca. Se acompañan de morcillo, jamón, chorizo, morcilla, tocino, gallina, tuétano, exquisito relleno y suculenta patata, zanahoria y repollo.
Como siempre en esta casa no puedo dejar de destacar su magnífico producto y la calidez en el trato al cliente.
Si aún consigues dejar un pequeño espacio para el postre, la clásica torrija o la tarta de queso no fallan.
Maravilloso cocido madrileño en dos vuelcos, disponible de martes a viernes, bajo reserva en el teléfono que aparece en la fotografía superior.