Llenca Plana 2018, el «otro» Montsant

Terra de Falanis es el nombre que usó el historiador Miquel Barceló Pereió para referirse a nuestro pueblo Felanitx antes de que existiese como tal. Quizás por este sentimiento hacia lo antiguo y la ilusión de dar el protagonismo a la esencia por encima de lo superfluo, nos ha llevado a bautizar este proyecto como Terra de Falanis. Autenticidad y expresividad en nuestros vinos y en nuestra historia.

Afrutado, fresco, elegante, sutil, profundo, cosmopolita… estas son algunas de las características que definen este nuevo vino elaborado por Terra de Falanis en la zona tarraconense de Montsant, LLenca Plana 2018.
Un vino que redescubre las fantásticas posibilidades de Montsant y que ofrece una versión diferente y moderna de la tipología de la zona. Frutal y con mucho cuerpo, explosiona en la boca en una combinación fresca, rica y dinámica. Con un final interesante y muy largo, Llenca Plana 2018 supone un reto para todos aquellos que quieran descifrar el código de matices que se esconden en él.

El nombre de Llenca Plana es originario del nombre de la viña de donde proviene y se refiere a la piedra plana que caracteriza el terreno donde están plantadas las viñas, en la Serra d’ Almos.
Unas viñas que se encuentran en un lugar privilegiado, rodeadas de cerezos y olivos, y que además se benefician del clima mediterráneo. Una biodiversidad que potencia el conjunto de los diferentes cultivos. Las condiciones del terreno son ideales para el desarrollo de la cariñena que, con un 70% de composición, forma el pilar fundamental de este vino único. Lo complementa un 30% de garnacha que le confiere una acidez muy equilibrada.

La selección cuidadosa de la uva es primordial y la producción del vino va en función de las circunstancias de la cosecha, de las técnicas de vinificación y de la selección de las barricas más especiales. En esta añada el vino pasa 6 meses en barricas de roble francés y americano utilizadas por segunda y tercera vez.
Terra de Falanis nace con un pie en Mallorca, de la mano de los alma mater de la bodega Ànima Negra, y con el otro en las comarcas del Montsant, Penedès y Calatayud.

Se trata de la unión de un grupo de amigos viticultores con una filosofía común: variedades autóctonas y el amor por el terroir. Cada uno de los vinos que elaboran tiene su propia historia; historias que emocionan y que transmiten la esencia y el alma de la tierra y las personas que hay detrás, como es el caso de este Llenca Plana, un vino auténtico y sorprendente.

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