Gigi es pura inspiración. Desde que cruzas su puerta, creerás entrar en una fabulosa Brasserie francesa y visualizar a Edith Piaf cantando aquello de…
«Quand il me prend dans ses bras
Il me parle tout bas
Je vois la vie en rose»
Bueno, quizá no aparezca el susodicho que te tome en sus brazos y te cante bajito que ve la vida en rosa (o sí, que esas cosas nunca se saben). Lo que está claro es que el ambiente mágico, soñador y con mucho charme, lo han conseguido de largo.
Y ello gracias a Pilar Menéndez, su propietaria. El restaurante debe su nombre a la película de finales de los 50 que se inspira en una mujer. Y es que, como ella misma dice: “Gigi soy yo, o tú, o tu madre o tu mejor amiga. Gigi es una mujer que es el reflejo de muchas, un lugar, un restaurante, creado a imagen y semejanza de una misteriosa personalidad”.
Y todo ese ambiente tan especial se eleva a la enésima potencia cuando de la cocina salen las elaboraciones de otra mujer, Susana Sánchez. Es la encargada de trabajar los excelentes productos de temporada y que se reflejan en una cuidada carta, en la que destacan algunos platos como esta Trilogie de croquettes maison: morcilla con manzana caramelizada y piñones, jamón ibérico y vermut rojo y las de bacalao confitado con pasas sultanas. Lo más probable es que cuando te pregunten (que lo harán) cuál te ha gustado más, la respuesta no sea tan fácil de encontrar… ¡No digas que no te avisé!
Además de las croquetas, tienen una buena selección de quesos del mundo o un ceviche de lubina, ideales para comenzar. También puedes optar por alguna de sus opciones «Verdes» , como la burrata, la ensalada de codorniz o las alcachofas de las que te voy a hablar a continuación.
Sí, lo reconozco, su interiorismo me cautivó desde el primer momento. Sofás de terciopelo, vigas de madera, espejos en paredes de ladrillo, buena iluminación, aroma embriagador y un ambiente seductor gracias a las flores frescas que decoran todo el local. ¡Una delicia!
La personalidad de Pilar es arrolladora y la refleja en su restaurante que presenta como «una mujer que es el reflejo de muchas, un lugar creado a imagen y semejanza de una misteriosa personalidad«. A lo que añade que «nunca conocerás a Gigi porque anda viajando incansablemente, bebiéndose la vida en una copa de Martini y enamorándose perdidamente de sabores y lugares«
Al ver la imagen anterior de las alcachofas naturales a la plancha con virutas de foie seguro que has entendido perfectamente el porqué de mi enamoramiento instantáneo.
Así que, podrías pensar que es el lugar ideal para llevar a tu pareja y disfrutar de una velada romántica (que, de hecho, lo es), pero quizá no se te había ocurrido pensar que este local tan femenino es óptimo para sorprender a tu madre, abuela, hermana, prima, amiga(s), compañera(s) de trabajo o a todas a la vez y llevártelas a Gigi y celebrar juntas el Día de la Mujer. ¡Planazo! Lo sé…
Bueno, bueno,… Déjame decirte que la imagen superior se corresponde con un plato que has de pedir sí o también. El humorista y monologuista Goyo Jiménez diría «No lo cuento, lo hago» Pues yo te digo «No lo cuento, mejor pruébala» (y luego me cuentas tú…)
Se trata de una revisión de la tortilla para los amantes del huevo poco cuajado y, además, las patatas fritas se sustituyen por chips. Sorprender el crujir de la patata con la textura del huevo poco cuajado. Un plus: el picante de la salsa que acompaña la tortilla.
Otro gran acierto de la casa es este pulpo estilo japo, acompañado de alga wakame. Susana consigue un punto extraordinario del pescado, terso y muy sabroso que potencia aún más al añadir wakame.
Si prefieres carne, te aconsejo el Steak Tartar con helado de mostaza o la carrillera ibérica thai. Otro plato muy recomendable para los que quieran salirse de las opciones más clásicas es el falso risotto con delicias negras del bosque.
Sí, lo sé, la tarta de queso está de moda. Pero la realidad es que esta es un espectáculo. Suave, cremosa y de sabor intenso siendo, sin embargo, muy delicada. Se acompaña de una mermelada casera.
Lo más probable es que ya estés cogiendo el teléfono para reservar… normal. Pero antes déjame decirte que a todo ello hay que sumarle el hecho de que el servicio en sala es de matrícula. Luis es genuino, simpático y amable hasta decir basta. ¡Adorable!
Ahora sí, concluye la velada y al salir por la puerta el hechizo Gigi se habrá apoderado de ti y Francis Cabrel aparecerá cantando aquello de «Je l’aime a mourir»