Casa Mando es uno de los tres restaurantes de referencia del leonés grupo Vamuca. LAV y niMÚ completan el exitoso trinomio gastronómico en la ciudad de León.
Aquí, en el otrora Mesón Conde Luna, se dan cita a diario todo tipo de personalidades con ganas de disfrutar de la buena cocina leonesa. Y es que en Casa Mando lo fundamental es la excelencia de los productos de la tierra, cocinados de manera tradicional.
Comenzamos el homenaje con una -tan simple como exquisita- ensalada de tomate de León. Aprovechando la mejor época del tomate, el paladar se deleitará con un sabor tan de siempre como difícil de encontrar en la actualidad: el del buen tomate. Tomate… ¡tomate!
Para abrir boca, también puedes optar por embutidos de León como la cecina o el chorizo picante.
Mucho éxito tienen también la lengua curada y las croquetas caseras. Pero, si hay un clásico que triunfa, esa es la morcilla de León sobre patatas paja.
Para los neófitos de las elaboraciones leonesas, cabe señalar que la diferencia fundamental entre la morcilla de Burgos y la de León es que la primera se elabora con arroz y la leonesa con cebolla. Ello da como resultado una morcilla mucho más jugosa, suelta y untuosa si la comparamos con la burgalesa que, debido al arroz, resulta mucho más compacta.
La mejor manera de degustar esta delicia leonesa es untada en un pan de la tierra.
Nadie dijo que la cocina leonesa fuese ligera. Y, para muestra, un botón. Cerramos nuestra selección de entrantes para compartir con unos Huevos rotos con picadillo casero de matanza.
El picadillo es otro clásico en la ciudad cuando se sale de vinos a la hora del aperitivo, al igual que la anteriormente mencionada morcilla.
En la cocina de mercado del restaurante además encontrarás verduras de temporada y legumbres de La Bañeza. Entre las carnes de la tierra destaca el cachopo “como en Asturias”, el solomillo, chuletón del norte, chuletillas de conejo, carrilera de cerdo ibérico o entrecote de vaca vieja. Y, si eres más de pescado, pregunta por el del día, proveniente de Galicia o Asturias.
Pero, desde luego, el rey de la casa es el Solomillo Wellington (con permiso del lechazo). Ambas especialidades las elaboran bajo encargo. Y es que, desafortunadamente, pocos son los restaurantes en los que en su carta aparece el exquisito Solomillo Wellington.
Y, como colofón a esta experiencia gastronómica, deja sitio para el postre… ¡Imprescindible!
Excelentes son sus fresas gratinadas o las clásicas trufas fritas de chocolate. Sin embargo, te recomiendo que no te pierdas su Suflé Alaska.
El Suflé Alaska, al igual que el Solomillo Wellington, son recetas difíciles de encontrar en la actualidad en la mayoría de los restaurantes españoles.
Bizcocho, helado y merengue como ingredientes principales, es un auténtico deleite para los sentidos… Tanto el flambeado delante del cliente como el placer de degustarlo.
Y… «last but no least» no puedo dejar de mencionar la exquisita profesionalidad y buen hacer en sala. Porque este sobresaliente homenaje gastronómico ha sido redondo gracias a la excelencia de su maître, Javier, y todo el personal que bordan el servicio y hacen de la velada en Casa Mando una experiencia para recordar.