Amparito Roca, cocina tradicional con nombre de pasodoble que apela a la memoria

El restaurante lleva el nombre del clásico pasodoble que Jaume Teixidor Dalmau compuso en 1925: Amparito Roca. En septiembre de ese año, el compositor barcelonés -siendo director de la Banda de Música Primitiva de Carlet- estrenaría en el teatro El Siglo de dicha localidad (Valencia) tan insigne pasodoble.

Y así, tras esta pequeña introducción al nombre del local, nos surge una duda: ¿por qué se llama así?

La respuesta es una incógnita, pero la realidad es que, desde su inauguración en 1994 en Guadalajara, no ha dejado de cosechar éxitos. Y tras más de dos décadas en La Alcarria, en 2016 Jesús Velasco decide mudarse a la capital. Y se ubica, concretamente, en la Calle Juan Bravo del Barrio de Salamanca.

Aperitivo de ensaladilla rusa

Comenzamos abriendo boca con su ensaladilla rusa y unas croquetas cuya bechamel es altamente adictiva. El arranque no puede ser más positivo…

Y es que aquí lo fundamental es el producto. Eugenio Collado, el chef, utiliza las mejores materias primas para conseguir unos platos en los que, como menciono en el título del artículo, apelan a la memoria.

¡Viva la honestidad!

Ajoblanco con crujiente de torrezno

No en balde desde que abrió hace ya más de 3 años, cuelga el cartel de lleno a diario. Además de los platos de carta, puedes optar por uno de sus menús (al gusto o de temporada). Ahora bien, si lo que quieres es apuesta segura, déjate guiar por las recomendaciones y sugerencias de Jesús. O, mejor dicho, ponte en sus manos. Luego me lo cuentas…

Este ajoblanco con crujiente de torrezno, sardina ahumada y sorbete de tempranillo es un clásico de su carta que triunfa incluso en las jornadas más frías del año. La combinación de texturas con el contraste de sabores es ideal. El crunch del torrezno con la potencia de la sardina ahumada casa a las mil maravillas con la untuosidad -sin dejar de ser ligero- del ajoblanco y la grata sorpresa del sorbete de tempranillo.

Tartar de atún

Sí, la cocina tradicional y de mercado no está reñida con algunas elaboraciones más actuales como el ceviche o este tartar de atún donde, de nuevo, el gran protagonista es el producto de máxima calidad. Con un corte y tamaño perfecto, el atún se deshace en la boca.

¡Ojo! Porque la bodega no se queda atrás. Cuenta con una amplia y cuidada selección de vinos capaces de complacer a los más distinguidos paladares,

Menestra de verduras

Que tengo debilidad por las verduras y todo lo que nace de la tierra, no es novedad. Por ello, la menestra natural de verduras con setas es, sin dudar, uno de mis imprescindibles en su carta. Ejecución impecable con unas verduras en su punto. La alcachofa es protagonista, pero todo los sabores y texturas están perfectamente equilibrados.

Una muestra más de que la cocina tradicional reina en esta casa. Y también, cómo no, de la delicadeza que puede tener la gastronomía alcarreña.

Excelencia en el punto de los pescados

Si hay algo que me sigue sorprendiendo y desde luego haciendo muy feliz es encontrar rincones en los que se logre ese cúlmen, esa excelencia en el punto de los pescados. Mero, merluza, bacalao o cualquiera que sea el pescado del día ¡No te vayas de Amparito Roca sin probarlo! 

Los escabeches, el salpicón de bogavante o las pochas son otros de sus platos más alabados.

Callos

Pero, obviamente, en la carta no falta ese plato clásico, de toda la vida: los callos «de siempre». Fabulosos…

Además de la sala principal en la que encontrarás una decoración ecléctica -cuanto menos-, cuenta con un txoco, que hace las veces de salón privado. A destacar la gran luz natural que se cuela por los ventanales del esquinazo de Juan Bravo con Lagasca y la amplitud de espacio. Es un lujo en la actualidad poder disfrutar de un almuerzo o cena en un restaurante madrileño sin enterarse de la conversación de los vecinos.

¡Amparito, queremos seguir bailándote muchos años! Que el ritmo no pare…

 

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